Cómo vencer a la psicología de los precios

¿Alguna vez ha gastado más dinero del previsto en determinados artículos? Es posible que haya sido presa de los numerosos trucos que los anunciantes y vendedores utilizan para que sus precios parezcan más bajos de lo que son en realidad, pero no se sienta mal; nos pasa a todos. Los expertos en marketing entienden la psicología que hay detrás de los precios y la utilizan en su beneficio para impulsar las compras de los consumidores. Las técnicas varían desde eliminar el signo monetario delante de un número hasta reducir el tamaño de la fuente utilizada para que el número parezca más pequeño. Puede que te rías, pero los estudios de consumo demuestran que estos trucos funcionan.

 

Los anunciantes saben que las emociones influyen mucho en las compras, grandes o pequeñas, así que a eso apelan en sus anuncios. Psychology Today afirma que la mayoría de la gente cree que las decisiones que toma son el resultado de un análisis racional de las alternativas disponibles. En realidad, sin embargo, las emociones influyen mucho en nuestras decisiones y, en muchos casos, incluso las determinan. Imagínese un anuncio de televisión de un coche caro; el precio, si es que aparece, no aparece en la pantalla hasta el último momento. Antes de ver la etiqueta con el precio, te enteras de todas las características y ventajas del vehículo.

 

El bonito anuncio publicitario describe cómo se sentirá cuando se ponga al volante, lo bien que se verá conduciendo por la autopista, con el viento en el pelo, adelantando a todos los demás coches, y la envidia que sentirán los vecinos cuando le vean llegar a su casa en su flamante vehículo. Cuando por fin aparece el precio en la pantalla, suele ir acompañado de pagos mensuales "asequibles", con el tipo de interés más bajo disponible en un lugar destacado. Sin embargo, cuando vas al concesionario a comprar el coche de tus sueños, no hay ninguna garantía de que vayas a conseguir el tipo de interés más bajo o de que las cuotas sean asequibles. Pero para entonces, estás tan enamorado de la idea del coche y de todas las cosas buenas que traerá a tu vida, que estás motivado para hacer lo que sea necesario para llevar ese vehículo a casa.

 

Los precios psicológicos funcionan, o no se utilizarían. Si la emoción está ligada a la mayoría de las decisiones financieras, ¿cómo podemos vencer la presión de comprar algo que no necesitamos o no podemos permitirnos? Hay algunas medidas sencillas que puede tomar para fortalecer su decisión de no hacer una compra innecesaria:

  • Planifica con antelación. Del mismo modo que ir al supermercado sin una lista suele tener como consecuencia volver a casa con más comida de la que pensaba comprar, comprar en otro sitio conlleva la misma amenaza, así que planifique sus compras y cíñase a su lista. Si planifica, ahorra y compara sus compras, a menudo podrá beneficiarse de descuentos, cupones y artículos en oferta.
  • Establecer un periodo de espera. Como la mayoría de nosotros acabamos arrepintiéndonos de las compras impulsivas, fíjese la norma de no comprar nada que no haya planeado hasta que haya transcurrido un periodo de espera, que puede ser de una semana a un mes. En la mayoría de los casos, una vez transcurrido el periodo de espera, desaparecen las ganas de comprar.
  • Evaluar la necesidad real. Antes de comprar, pregúntate si el artículo va a mejorar tu calidad de vida de alguna manera o si te va a ayudar a alcanzar un objetivo. Sé sincero y no intentes convencerte para que compres algo. Si ha planificado la compra y realmente satisfará una necesidad, simplificará su vida o añadirá valor intrínseco, manténgalo en su lista.
  • Evitar la tentación. Si el centro comercial es tu punto débil, ¡no te acerques! Si no sabe que algo está ahí, no lo querrá. Pasear por el centro comercial y mirar escaparates suele conducir a compras imprevistas, así que evita el impulso de comprar algo de lo que probablemente te arrepentirás no yendo al centro comercial en primer lugar. Hay muchas otras formas menos caras de pasar el tiempo, como dar un paseo por el parque en lugar de ir al centro comercial. Lo mismo ocurre con los centros comerciales virtuales. Los sitios de venta en línea pueden ser tan tentadores como las tiendas físicas, así que evita la tentación de navegar por Internet.
  • Utilizar efectivo. Si aún no ha recortado sus tarjetas de crédito para evitar aumentar su deuda, considere la posibilidad de hacerlo. Si quieres conservar una tarjeta para emergencias, haz que sea difícil acceder a ella. De hecho, congélela; literalmente. Coge tu tarjeta de crédito, métela en una bolsa de plástico llena de agua y métela en el congelador. Esto te obliga a descongelar la tarjeta para utilizarla cuando quieras usarla para una compra. El tiempo que se tarda en descongelar la tarjeta puede ser suficiente para que no la utilices en casos que no sean de emergencia. No es justo anotar el número de la tarjeta de crédito y guardarlo en la cartera.

 

Si planifica sus compras, establece un periodo de espera y se atiene a él, evalúa su verdadera necesidad de un artículo, evita las tentaciones y utiliza dinero en efectivo, podrá protegerse contra los trucos y técnicas de los precios psicológicos.

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